Es verdad: tener una buena salud si ayuda a ahorrar dinero.
Una encuesta de Towers Watson señalaba que los programas de bienestar de los empleados ahorraban a los empleadores un promedio de 100 GPB en costos de atención médica por trabajador. Por lo tanto, si quiere estar saludable, hágalo de forma inteligente y tome decisiones de gasto bien estudiadas a lo largo del año. Aquí encontrará algunos consejos para comenzar.
Primero haga un poco de esfuerzo con su presupuesto.
Cualquiera que sea su meta, revise sus finanzas en general para ver lo que los malos hábitos de salud le pueden estar costando ahora en términos de costos diarios inmediatos o de impacto a largo plazo en las facturas médicas. Es posible que descubra que un plan de acondicionamiento físico exitoso puede devolverle cientos de dólares -y posiblemente miles- a su presupuesto.
Escoja una rutina de ejercicios que le guste.
Si le gustaba nadar o trotar cuando era niño, estos deportes pueden ser un buen punto de partida para reiniciar su régimen de ejercicio físico. Reinicie sus hábitos de ejercicio físico de forma modesta pero constante con actividades que le gusten. Si requiere que vaya a un sitio, pruébelo durante unos días para comparar. Si ofrecen ofertas especiales, lea atentamente la letra pequeña e intente mantenerse alejado de los compromisos de la membresía a largo plazo si puede.
No ignore a su comunidad.
Revise los establecimientos y las actividades financiadas por los contribuyentes que ya está pagando en su comunidad para ver qué ofrecen. Los centros comunitarios son grandes recursos que ofrecen clases baratas o gratuitas. Quizá se sorprenda de la cantidad de canchas de tenis públicas y gratuitas, centros de natación y otros espacios recreativos disponibles en su ciudad o pueblo. Aproveche también los parques regionales o nacionales que tenga a su alcance. No hay mayor motivación para mantenerse activo que salir al aire libre.
Encuentre compañeros.
Los ha visto al pasar por un parque o por otros lugares de la ciudad: personas que corren juntas, caminan juntas o bailan juntas. Unirse a un grupo de ejercicio no tiene por qué costar ningún dinero; puede hacer nuevos amigos y es de esperar que se desafíen y se mantengan motivados los unos a los otros.
No necesita tener lo último en equipamiento.
A menos que requiera ropa o equipamiento específico para su protección o seguridad, busque en su clóset para ahorrar en su plan de ejercicios. Manténgalo barato y concéntrese en mejorar su salud. Considere la posibilidad de establecer hitos de entrenamiento y recompensarse con una nueva compra después de alcanzar sus metas.
Ajuste sus desplazamientos.
Si tiene acceso al transporte público, tome el autobús o el tren más a menudo: automáticamente tendrá que caminar más hacia y desde sus destinos. Si conduce, estacione en el extremo más alejado del estacionamiento para agregar un entrenamiento corto y sin costo a su horario diario.
Cocine sus propias comidas.
Hacer ejercicio es importante para estar saludable, pero comer adecuadamente puede ayudarle a conseguir resultados más rápidamente. Una de las formas más eficaces de mejorar la dieta -y de ahorrar dinero mientras lo hace- es decidirse a
cocinar más en casa
. Además, comprométase a seleccionar opciones más saludables tanto si está en casa como si come fuera. Hay recursos casi ilimitados en las bibliotecas y en Internet para aprender a preparar alimentos de forma rápida y saludable y a hacer compras inteligentes.
En resumen:
Hacer ejercicio con un presupuesto limitado no siempre requiere agregar gastos. Hay muchas opciones baratas o gratuitas para cumplir las metas financieras y de salud en su barrio, en el trabajo y en muchos otros lugares.
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Este artículo está destinado a proporcionar información general y no debe considerarse un consejo de salud, legal, fiscal o financiero. Siempre es una buena idea consultar a un asesor fiscal o financiero para obtener información específica sobre cómo se aplican ciertas leyes a tu situación y sobre tu situación financiera individual.